Quince fragmentos de «Puer delicatus»
- Ángel Borreguero Carrasco. Colaborador

- hace 4 días
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“Este nuevo diablo cojuelo no aspira a presentar un sondeo omnisciente, no persigue tramas, sino que se detiene en la piel y el simulacro. Es la galería de un hambriento que dibuja muchachos una y otra vez. Hablo de álbum por su ingrediente visual —el zoom es su pasión— y por su gusto por las variaciones. Borreguero asedia las leves monstruosidades de la carne en una escritura fragmentaria e incesante, atisba viñetas de colorines fosforescentes; es un tesorero de visajes, un agrimensor de cráneos y sexos. A diferencia del médico y criminólogo Cesare Lombroso, que estudiaba los cráneos con fines científicos, no se advierte aquí más que el puro goce de mirar, una philía compulsiva y heterodoxa”.
Fragmento del prólogo de Puer delicatus (Ángel Borreguero, 2025), por José Antonio Llera.

Puer delicatus (El sastre de Apollinaire, 2025)
1.
El pelo color aceituna y la cara abiertamente amarilla. Un paisaje lleno de lacras, aceites.
3.
Bultos como bayas, amarilleces esféricas, unos binoculares de color rosa.
4.
Es el muchacho guisante. El herbazal templado de la mejilla.
5.
“Pero, una noche, me sorprendí viéndolo acariciar y besar en la boca con mucho ímpetu a un muchachito pelirrojo, delgado como un canuto, al que estrujaba en sus brazos con furia amorosa”
(Vargas Llosa)
6.
Una gordura tonificante: el manchón rubio del pubis, el pene como acento o bibelot.

23.
La cabeza roja y como fresada entera, maltratada por el acné, y dividida en secciones, apartamentos.
24.
Carboniento y vergón, los labios desmadrados. El olor: un guiso estupendo. Chicle de melón, axila adolescente, aceites y grasas, nylon, gomas y plásticos baratos.
33.
El culo abierto, el chándal y debajo era liso.
34.
En el amarillo, la mancha, y las axilas.
35.
“La hostería de amor es rosicler” (Gimferrer), y hay caviar, cosas.
36.
Y que era sólo una forma que olía a amoniaco allí.
40.
¿Ya? Qué va, me he limpiado en la sudadera de este.
44.
Amarillo merluza: ajengibrado, gordo y blanco. Sudor en la camiseta.
47.
“Me apresuré a regalar las fresas a un muchachito que pareció enormemente sorprendido y asaltado por una leve sospecha. Para completar el asombro del chiquillo, Poirot le regaló la lechuga”
(Agatha Christie)
48.
El ojo malo de Savater, amarillo como la piedra de Mazarino.




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