Un espacio exclusivo Habla de Arte donde nuestros amigos felinos son venerados como auténticos iconos de inspiración y recurrencia para el mundo artístico.
Un archivo visual que demuestra la presencia constante en el mundo imaginario de escritores, artistas, fotógrafos y músicos.
Adéntrate con nosotros en el verdadero mundo gatuno y habla de gatos.
"Mi gato nunca se ríe o se lamenta, siempre está razonando"
Miguel de Unamuno
Con Iván Hernández Montero
Habla de Gatos os presenta la primera publicación de una serie en la que iremos conociendo un poco más el trabajo de Walter Chandoha (1920-2019), un fotógrafo estadounidense que estuvo casi 75 años fotografiando animales. Se dice que en su archivo puede haber unas 90.000 fotografías ¡solo de gatos!
Pero empecemos por el principio. Todo comenzó una fría noche de 1949 cuando Walter volvía de sus clases de marketing y rescató a un gatito gris marengo que tiritaba sobre la nieve. Lo llevó a casa como regalo para su pareja, Maria, que lo alimentó y le preparó una cama. Todo iba perfecto en aquel apartamento de Queens donde vivían hasta que dieron las once de la noche, cuando de repente el gatito empezó a correr desenfrenado por el perímetro de cada habitación "como un poseso", dijo Maria. Este ritual, que repetiría cada noche desde entonces, duraba aproximadamente un minuto, tras el cual el gato se detenía de repente tan bruscamente como había empezado. ¿A alguien que viva con gatos le suena este comportamiento? Decidieron llamarlo Loco, y a Walter y a Maria les cambiaría la vida.
A Walter Chandoha le cautivaron las payasadas que hacía su gato Loco y empezó a fotografiarlo incansablemente, consiguiendo llamar la atención de editores y publicistas. Hay que recordar que su experiencia como reportero en la II Guerra Mundial le había dado las tablas suficientes como para enfrentarse al siguiente reto: los gatos. Junto a Maria, su mujer, se desplazaban a refugios de animales o a las casas de otros dueños de gatos para fotografiarlos. Fue el inicio de una carrera muy especializada en el mundo de la publicidad.
De hecho, es considerado por muchos medios como el mejor fotógrafo de mascotas. Con la imprescindible ayuda de Maria, preparaban las sesiones de fotos en estudios caseros, utilizando sonidos para llamar su atención (Walter y Maria hablaban, maullaban y ladraban, debía ser todo un circo presenciar una sesión fotográfica), reclamos con comida, o introduciendo la presencia de otras especies animales como perros, conejos o peces para potenciar así su expresividad. Sus fotos se distinguen por el uso de la retroiluminación que utilizaba para destacar los nítidos perfiles peludos de sus modelos, muchos de los cuales aparecían después en portadas de revistas, carteles, anuncios, escaparates y etiquetas de comida para gatos. Las agencias publicitarias de la Avenida Madison de Nueva York también se relamían los bigotes con los "Mad Cats".
Otra de las especialidades gatunas de Walter Chandoha era la fotografía de calle. Desde que era joven había experimentado con diferentes cámaras, retratando la vida cotidiana de Nueva York. Por lo visto era bastante habitual ver a este señor tirado por los suelos de las calles de su ciudad durante largos ratos solo para capturar la imagen perfecta de los gatos que iba encontrando, haciéndoles ruiditos o distrayéndolos con comida para poder retratarlos, solos o en compañía. Para él era muy importante ponerse a su altura y desde allí fotografiarlos en su hábitat natural. Pero más allá de la acción fotográfica está el amor que les tenía y que queda reflejado en el cariño y la dedicación con que realizaba su trabajo. Como él mismo decía:
"Saboreé el reto de fotografiar gatos y rápidamente vi el potencial que había en tratar de capturar sus personalidades tan naturalmente expresivas. Las posibilidades fotográficas y los retos parecían infinitos." (Walter Chandoha, 2019).
Además de los retratos de estudio, realizó un trabajo extensísimo de fotos de gatos en exteriores, tanto en ciudad como en el entorno rural donde se mudaría posteriormente con su familia. Cualquiera maúlla al cruzarse con esta pandilla, por otro lado tan cinematográfica, ¿no os parece?
Las vidas familiar y laboral de Walter Chandoha se entremezclaron desde el momento en que su primer gato, Loco, llegó a su apartamento de Queens. Walter, Maria y todos sus hijos compartieron sus sucesivos hogares con infinidad de gatitos a los que cuidaban, amaban y, por supuesto, no dejaban de fotografiar en familia. Es importante destacar el papel de Maria como ayudante en las sesiones fotográficas porque según Walter decía "tenía magia en las manos" a la hora de manejar a los gatitos, pero también el hecho de que en muchas ocasiones quisiera incluir en las imágenes a sus propios hijos interactuando con los gatos.
Como unidad familiar debieron hacer un máster a lo largo de los años para comprenderlos, amarlos y respetarlos. Walter era un experto en psicología gatuna, eso está claro, pero también en captar la esencia de la personalidad de cada animal. Expresiones y sentimientos que en realidad son muy variados porque, como ya sabemos, cada gato tiene su propio carácter y su forma de expresión. Al extender las emociones a la interacción entre gatos y seres humanos, éstas se multiplican, y podemos percibir cómo esas relaciones de cercanía y de cariño entre unos y otros quedan retratadas a la perfección en sus fotos.
A ver, a estas alturas, ¿quién no le ha hecho aún una cuenta a su gato? Pese a la sofisticación actual de Reels de Instagram y vídeos de TikTok, todo el mundo sabe que los gatitos han copado las redes desde el origen de internet e incluso mucho antes. Estas monerías han conquistado a los seres humanos atravesando todas las civilizaciones de todos los tiempos y por todo el planeta. Aunque por su relevancia podríamos considerar el trabajo fotográfico de Walter Chandoha como el de un pionero en el mundo de los "catfluencers", él también recibió la inspiración de otros artistas, algunos de su mismo gremio, el de la publicidad, como Théophile Alexandre Steinlen que, curiosamente, también usaba para sus carteles a miembros de su familia. También pintores como Tsuguharu Foujita, el cual se autorretrató infinidad de veces con su gato Miké, el equivalente a Loco para los Chandoha. En cuestiones de iluminación, él mismo destacaba como influencia el uso de la luz y las sombras sobre sus modelos tal y como las manejaba el pintor holandés Johannes Vermeer. El trabajo de Walter también influyó directamente en otros artistas como Andy Warhol, pero si os parece, esto lo dejamos para otra publicación.
Aquí acabamos este especial sobre el trabajo gatuno del fotógrafo Walter Chandoha. Esperamos que os haya resultado interesante y os anime a profundizar más en su obra. Como diría Loco: ¡¡¡Miauuu!!!