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Lucía Fernández Mínguez

Para mí, Curtis siempre estuvo muerto

Predecía un futuro probablemente incierto, hablaba de una rutina en la que el amor acabaría destrozándole, un amor en el que las emociones no resurgirían. La memoria se convierte en materia melancólica. Accedemos a cualquier recuerdo desalentador de forma más sencilla que lo que nos cuesta abrir una carpeta.



"Existence, well, what does it matter? exist on the best terms I can. The past is now part of my future. The present is well out of hand. "
[La existencia, bueno, qué importa. Existo en los mejores términos que puedo. El pasado es ahora parte de mi futuro. El presente está fuera de mi alcance.]

Joy Division, "Heart and Soul", 1980



Cuando comencé a escuchar a Joy Division hacía ya algún tiempo desde el fallecimiento de Curtis.


Él supo captar mejor que nadie la depresión, tan abundante en nuestro presente (su futuro), con su voz monótona y sus letras melancólicas. Predecía un futuro probablemente incierto, hablaba de una rutina en la que el amor acabaría destrozándole, un amor en el que las emociones no resurgirían.


La memoria se convierte en materia melancólica. Accedemos a cualquier recuerdo desalentador de forma más sencilla que lo que nos cuesta abrir una carpeta.


Hablar sobre la depresión es difícil. Tu voz interior dictamina:

“No estás deprimido, lo único que haces es lamentarte de ti mismo”

En psiquiatría abunda el pensamiento de que surge a partir de fallos en la química del cerebro, fallos que pueden ser tratados con medicamentos. También se asocian sus orígenes con el trasfondo familiar, y de esa forma ahondar en la raíz de ese problema sería la solución. Otra forma de terapía sería reemplazar esas creencias con historias positivas, pero no es la más efectiva.


Lo más probable es que los sentimientos de inferioridad, que derivan de la depresión, se asocien con el poder social. Sentirse inferior desde bien temprana edad. Ni las calificaciones ni las ganancias son suficientes, nada borra ese sentimiento de inutilidad. Aislados en un espacio hostil con la creencia de que podemos ser lo que queramos. Si fallamos, si no encontramos trabajo, si no se nos presenta ninguna oportunidad… Es únicamente culpa nuestra. Todo ello es causa de la conciencia de clase actual. La otra cara de la depresión.



Te despiertas un día asustado.

Ajeno al sentimiento de descenso

que sentirás en los próximos meses.

Meses de insomnio, de incomunicación.

Con esa gente

aparentemente feliz

que te rodea.

Tus hobbies ya no te satisfacen

y los síntomas no se perciben.


Texto de Lucía Fernández Mínguez



Kierkegaard habla de sentir un mareo o parálisis ante lo indefinido. La ansiedad ante la libertad. Pero no solo eso, también relaciona la ansiedad con la creatividad. La primera se relaciona con la segunda en cuanto a que nos da miedo enfrentarnos ante las múltiples oportunidades que la vida nos ofrece.


La culpa y el sentimiento de fraude nos lo acaban impidiendo.


Detalle de portada "El filósofo del corazón"



“La vida no es un problema a ser resuelto sino una realidad que debe ser experimentada.”

Søren Kierkegaar



Tenemos acceso a toda la historia cultural. Somos exploradores de un mundo al que ya no es necesario acceder físicamente. La sobreestimulación y el sentimiento de exhaustividad son constantes en nuestro día a día.


Lo cierto es que, para poder producir, necesitamos retirarnos. Solo de esa forma podremos desarrollar toda nuestra creatividad. Las redes y el ciberespacio hacen de esta una ardua tarea, si no imposible.



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