¡Dios está de moda! Literal
- Ángela Marcos Tato
- 22 sept
- 5 Min. de lectura
Vámonos a ver en tu hermosura.
San Juan de la Cruz. Canción 36 del Cántico Espiritual.
Imagina esto: Milán, pasarela, modelos con cruces doradas XXL, camisetas más caras que tu alquiler y un remix de canto gregoriano de fondo. Bienvenido al siglo XXI: lo sagrado es el nuevo negro.
Antes íbamos a misa; ahora, al centro comercial. La comunión es con tarjeta de crédito y el “Amén” es “Confirmar compra”. Walter Benjamin lo predijo, el capitalismo funciona no como la secularización de la religión, sino una nueva religión en si misma. Se presenta como una religión totalmente de culto - al capital - que resulta ser sans treve et sans merci (“sin tregua ni respiro”), y por tanto permanente y sostenido (Karmy Bolton, 2019 p.3).
La estética comprendida únicamente como una envoltura, según el teólogo José Manuel Castro Cavero, una equivocación tremenda, porque no concibe que la experiencia estética va referida a articular la vivencia de adentrarse en la espesura del mundo interior en relación íntima con el mundo exterior (Castro Cavero, 2001, p. 180)
Madonna (la cantante pop, no la Virgen) se contorsiona entre cruces ardientes, deja caer su vestido de terciopelo y hace de ello uno de los videoclips más icónicos de los 90s, Like a prayer. Estas imágenes eran según Juan Pablo II, Papa en aquel momento, “uno de los espectáculos más satánicos de la historia de la humanidad” y alentó a boicotear su música. Esta polémica provocó que las grandes marcas no quisieran verse relacionadas con su imagen, provocando, por ejemplo, el cese de su colaboración con Pepsi con quien había grabado un comercial que tuvo que verse 34 años más tarde, en septiembre de 2023.

Estamos viendo como en los últimos años se ha popularizado la llamada estética “Tradcath Coquette”, en un artículo publicado por Lauren Horn Griffin y Nicole Phillips hablan como esta corriente afecta principalmente a mujeres jóvenes para las cuales los cigarrillos, Amy Winehouse y los camisones de seda ocupan un lugar tan destacado como los rosarios, los altares de bolsillo y las estampas de Santa Catalina de Siena. El resultado: la cruz ya no redime, combina. La Virgen ya no intercede, viste. Antes un rosario conectaba con Dios; hoy con likes. No buscamos lo sagrado, ni siquiera lo imitamos, lo hacemos instagrameable. Al vaciar los símbolos de su significado, no solo rompemos con tradiciones milenarias, sino que dejamos a nuestro paso un desierto lleno de significantes huérfanos.
A diferencia del caso de Madonna, cuyo uso estético tenía un fin disruptivo, el uso de la imaginería católica se vuelve meramente un accesorio más, de esta forma Catholic Aesthetic acumula millones en TikTok o en Pinterest. Pero cada vez más lo eterno dura lo que un story. En la sociedad de consumo nada está destinado a perdurar; la vida se ha convertido en una sucesión de episodios consumibles, ni siquiera nosotros mismos o nuestra espiritualidad, porque La “subjetividad” del “sujeto”, o sea su carácter de tal y todo aquello que esa subjetividad le permite lograr, está abocada plenamente a la interminable tarea de ser y seguir siendo un artículo vendible. los diferentes significados de las cosas, “y por lo tanto las cosas mismas, son experimentadas como insustanciales” y parecen “uniformemente planas y grises”, mientras “flotan con igual peso específico en el flujo de un constante río de dinero”. (Bauman, 2007, p. 15) Ahora incluso lo divino se vende por temporadas.

Dolce & Gabbana canonizó la moda con Heavenly Bodies (2018) y la Met Gala pareció un concilio fashion. Artistas como Lana Del Rey han adoptado una estética saturada de símbolos católicos, en el álbum "Ultraviolence" presenta a la cantante como una virgen moderna, con velos y coronas de flores que remiten a la iconografía mariana, y es tal el calado que la comparación ha tenido en internet que se popularizaron memes de Lana del Rey sustituyendo el rostro de la Virgen María u originando hilos en Reddit tales como “¿ya rezaste tus oraciones a la bendita Lana del Rey?”.

Cristos musculosos, Buddy Christ, Raptor Jesus: aunque no fuera a través de la alta costura lo sagrado sobrevive y se populariza en clave meme. Cada vez más perdemos el interés en lo espiritual para centrarnos en el engagement. Mete a la Virgen en un meme y tendrá más visualizaciones que asistentes habituales una misa.

Hemos popularizado los pastores en Yeezys, neones con versículos, iglesias instagrameables; de esta forma, incluso El País se hacía eco de este fenómeno y rezaba “Los me gusta son el nuevo aleluya y la iglesia es el festival de música al que los fashionistas quieren asistir. Justin Bieber o Kanye West son los más fieles [...] Deportivas de lujo, likes y religión: estos son los elementos que conforman la Santísima Trinidad de una cuenta de Instagram”.
Y es que, el rapero Kanye West (ahora Ye) ha comercializado su línea Jesus Is King, monetizando su supuesta conversión religiosa. En un artículo publicado por Vice, el Doctor en teología Jay-Paul Hinds decía “Kanye no está haciendo nada diferente a lo que los televangelistas hacen semanalmente: vender la palabra, vender el mensaje, vender el evangelio. Se trata de «si no vendo esto bien, no voy a tener audiencia. Si no vendo esto bien, no van a comprar mis cintas. Si no vendo esto bien, no asistirán a mis conferencias».
Incluso a una escala menor, «si no vendo esto bien, la gente no va a venir a mi iglesia». Membresía, diezmo, todo se trata de comercializar el evangelio. No está haciendo nada diferente.”
Lil Nas X, por su parte, también quiso convertir la provocación en sacramento realizando un lap dance al mismísimo diablo, una escena que Variety describió con la frase “save a horse, ride a demon”, y al mismo tiempo que aprovechaba para lanzar las Satan Shoes, unas zapatillas en colaboración con Nike que lucían pentagramas y supuestas gotas de sangre humana. Se sacaron a la venta solo 666 modelos por el precio de $1,018. Hicieron Sold out en menos de un minuto.

Credo final “Compro, luego existo”. La fe se manifiesta en un post, y se mide en likes. Cada vez destinados a estar más distanciados de ese mundo elevado para preocuparnos por la imagen que proyectamos a los demás, sumidos en una nueva religión resignificando - o vaciando de significado - los símbolos que antaño hablaban de trascendencia, de lo sagrado, de la búsqueda de algo más. Hoy lo hemos reducido a simples objetos de consumo, accesorios que compramos para llenar un vacío que nunca se saciará. Seres individuales, únicos, intentando pertenecer a lo que solía ser una comunidad hasta que alguien pronuncie, quizás, la última oración genuina de nuestra era:
"Dios mío, ¿qué hemos hecho?”
Bibliografía
Bauman, Z. (2007) Vida de consumo.
Karmy Bolton, R. (2019) La religión capitalista.
Benjamin, W. (1921). Capitalismo como religión. Manuscrito inédito, publicado póstumamente.
Castro Cavero, J.M (2001) Recuperar la belleza. Teología y estética, ALMOGAREN. 28. (01). Pág. 177-186
Artículo Vice Jesus is King: https://www.vice.com/es/article/vice-expertos-religiosos-jesus-is-king-kanye-west/
Artículo The Coquette Catholic Trend: https://therevealer.org/the-coquette-catholic-trend/
Artículo El País La Polémica de los predicadores 2.0: https://elpais.com/smoda/placeres/predicadores-cristianos-streetwear-instagram.html
Artículo Variety Lil Nax X: https://variety.com/2021/music/news/lil-nas-x-video-queerness-montero-call-me-by-your-name-1234938693/
Artículo Vogue Heavenly Bodies: https://www.vogue.com/article/met-gala-2018-heavenly-bodies-fashion-and-the-catholic-imagination-vogue-may-2018-issue
Artículo “Lil Nas X's 'Satan Shoe' — made with one drop of human blood — sold out in under a minute, bringing in nearly $700,000” https://www.businessinsider.com/lil-nas-x-satan-shoe-sells-out-under-one-minute-2021-3
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