Mujeres artistas del siglo XX que no aparecían en mi libro de arte de la carrera. Juana Francés
- Iván Hernández Montero
- 20 may
- 12 Min. de lectura
El epígrafe del caso español de mi manual de estudio del arte del siglo XX de la carrera recoge la evolución del equivalente europeo del Expresionismo Abstracto norteamericano que se denominó Informalismo. En nuestro país fue una época en la que se configuraron diversos grupos creativos cuya obra y proyección internacional fue utilizada políticamente por el régimen franquista: un arte muy matérico y poco figurativo resultaba perfecto para la estrategia de ocultación y servía como proyección exterior de un país en el que no pasaba "nada importante". Aparte de una dictadura.

Juana Francés fue la única mujer fundadora del grupo artístico 'El Paso', que se constituyó en el año 1957, y que fue el colectivo que posicionó la vanguardia española a nivel internacional con Antonio Saura, Manolo Millares, Rafael Canogar o Luis Feito, entre otros. Pero Francés abandonó el grupo pocos meses después junto al escultor Pablo Serrano, con el que había iniciado una relación en 1956 y con quien se casaría en 1974, así como otros dos miembros. Esta rápida salida provocó no pocas preguntas: ¿fue expulsada? ¿o presionada para que se fuese? ¿se fue por voluntad propia? ¿pensarían sus compañeros que no estaba a la altura de ellos? ¿o por el contrario la percibían como una fuerte competencia? Juana Francés rompió normas sociales y artísticas en una época claramente machista y sufrió todos los prejuicios imaginables al apostar por desarrollar su carrera como mujer artista en una España marcada por la posguerra y la dictadura franquista.
Procedente de una familia de clase social aburguesada de Altea, con el estallido de la Guerra Civil en 1936 la fábrica de su padre le fue requisada y, huyendo de las contiendas bélicas de la zona de Alicante, se marcharon primero a Orihuela y posteriormente a Madrid, donde pudo acceder a estudios musicales de conservatorio y obtuvo un título de profesora de piano. Aunque sus inquietudes artísticas iban más allá y en 1944, con veinte años, fue admitida en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, estudios que terminaría con Matrícula de Honor. En 1951 obtuvo una beca para estudiar en París y al año siguiente realizó en la Sala Xagra de Madrid su primera exposición individual, además de participar en otras exposiciones colectivas. En 1956 expuso en el Ateneo de Madrid otra muestra individual de su obra hasta el momento, incluyendo el revelador e icónico cuadro Silencio (1956), que representa a una mujer que se tapa la boca con la mano.

Si leemos esta actitud en clave política podríamos estar ante un alegato frente a los horrores de la guerra que la artista vivió de niña, pero también contra la autocensura de las personas, quienes debían evitar de manera consciente pronunciar en voz alta discursos propios debido a la presión ideológica y social impuesta por el franquismo, mucho más visible en las mujeres, pero también en los hombres, como puede apreciarse en el boceto preparatorio de dicha obra.

La trayectoria artística de Francés recorre varias etapas bastante bien diferenciadas que fluctúan entre la figuración y la abstracción. La primera de ellas, que abarcaría los años 1950-1955 se inició con una figuración geométrica, estática y simbolista heredera del Novecentismo italiano, representando a mujeres, maternidades o grupos familiares de cuerpos rotundos y rostros inexpresivos que le sirvieron para formar parte de las Bienales Hispanoamericanas que se celebraron en Madrid, La Habana y Barcelona entre 1951 y 1955. Ya en esta etapa destacan las inquietudes de su espíritu investigador en cuanto a las técnicas que utilizaba. De hecho, la historiadora Molinos Navarro, experta en la artista, no tiene ninguna duda al afirmar el pionerismo artístico de Francés en cuanto al uso de la técnica de la encáustica en soportes blandos como el lienzo que ella ya usaba en obras de 1951-1952, cronológicamente antes incluso que el norteamericano Jasper Johns en sus banderas o el español Modest Cuixart. que la utilizarán a partir de 1955 (Molinos Navarro, 14). Dicha técnica provenía del muralismo, es decir, se usaba sobre soportes muy rígidos mezclando cera, resina y solvente sobre los que Francés superponía varias capas de pintura que después rasgaba con un clavo de herradura.
1953, sin titulo
1952, Maternidad con caballos
1952, Maternidad
Ya desde 1955 va abandonando la figuración para empezar a experimentar con una abstracción, basada en un primer momento en la geometría, que enseguida evolucionará hacia un lenguaje artístico marcado por la disolución de las formas y la introducción de soportes, texturas y materiales nuevos. Esta sería la que se ha clasificado como su segunda etapa, la más característica, centrada entre 1956-1963, en la que profundiza en sus obras con la pintura creando obras matéricas y abstractas con mucha fuerza. Usaba acrílicos que texturizaba mediante el uso de espátulas, a los que añadía arenas, colas y pigmentos con tonos tierras, blancos y negros, abandonado el caballete y trabajando sobre los lienzos ubicados horizontalmente en el suelo del estudio (como vemos en la fotografía al comienzo de esta publicación).
1955, Sin título
1956, Sin título, IAACC Pablo Serrano. Gobierno Aragón
Estas obras se caracterizan por el uso que hace la artista del propio acto de manejar la materia pictórica, la manifestación del gesto, de la acción y las emociones vertidas sobre las piezas a modo incluso de meditación. Participó representando a España en las cinco Bienales de Venecia celebradas entre los años 1954 y 1970, en la III Bienal de Alejandría (1959) y expuso en el Guggenheim de Nueva York como parte de la exposición Before Picasso, after Miró (1960), en Bruselas (1961), en la Tate Gallery de Londres (1962) o en la IX Bienal de Sao Paulo (1971), siendo reconocida internacionalmente, y fue de las pocas mujeres artistas españolas no exiliadas que expuso en el extranjero.
1959, Composición
1959, Número 16
1960, ST
1960, ST
Hacia 1961 Francés seguiría explorando las posibilidades formales y objetuales del collage y el ensamblaje al incorporar materiales de desecho como trozos de ladrillo, cerámica, cristales, monedas, botones o pendientes, adelantándose también a lo que posteriormente se configuraría para la historia del arte como 'Arte Povera' y cuyos títulos pasaron a denotar ciertas referencias figurativas, en especial relacionadas con paisajes significativos para la artista.
1962, Tierra de campos
1962, La tierra y el hombre
Fruto de esta experimentación matérica irán emergiendo de manera natural los rostros que marcarán su siguiente etapa, como podemos apreciar en Sin título (1962) o en Es Diferente.
1962, Sin título
1963, Es diferente
Razón y visión de mi arte. Siento la ineludible necesidad de pintar, de luchar con el lienzo hasta poder volcar, en él, algo de lo que en mí existe - ¿Está en mí, dentro de mí, o fuera, rozándome siempre?... - Mi lucha es coger "ese algo" con las manos, verlo, con los ojos, petrificarlo, allí, en la obra - ¿Lo consigo? Nunca sé, al final, quién es el vencedor - Solo sé que he satisfecho, momentáneamente, mi imperiosa necesidad de expresión.
Texto escrito por Juana Francés y fechado entre 1956-1965 extraído del material documental de la exposición Juana Francés del IVAM de València
En la década de los 60 fue retornando poco a poco a la figuración y realizó varias series: 'El Hombre y la Ciudad', 'Torre-Participación' o 'Estructuras', dando paso a la tercera de sus etapas, catalogada historiográficamente como de las más importantes, que suele denominarse como una de las series más extensas, 'El Hombre y la Ciudad', que abarcaría desde 1963 hasta 1980. Como indicador de su relevancia, baste mencionar que la Galería Juana Mordó de Madrid organizó nada menos que cuatro exposiciones monográficas de esta serie entre los años 1965 y 1974. Sus composiciones de la anterior etapa fueron conduciendo su trabajo hacia la configuración de distorsionados rostros humanos cargados con una enorme impronta existencial que venía a cuestionar tanto los avances tecnológicos y científicos como los sistemas de vida de las ciudades, así como lanzar planteamientos sobre la soledad y el aislamiento de las personas en los contextos urbanos modernos, incluso adelantando una conciencia ecológica que alertaba del radical alejamiento del ser humano de la naturaleza como en Ser y Ecología (1971).
1964, El despacho del jefe
1967, Composición en azul
1970, Hombre y ciudad (IV)
1972, Homínidos angélicos
1973, Hombre y ciudad (I)
1971, Ser y ecología
Esto sucede, no lo olvidemos, en un contexto de proliferación de exitosas distopías literarias que, desde Un mundo feliz (1931) de Aldous Huxley, pasando por 1984 (1949) de George Orwell, hasta Fahrenheit 451 (1953) de Ray Bradbury, abordaban temas como la opresión política, la vigilancia y el control de las personas por parte de las estructuras de poder, así como la alienación del individuo por el trabajo. En sus obras Francés introduce elementos de los entornos urbanos como teléfonos o semáforos, restos de objetos que dialogan con el pasado como relojes antiguos o gafas, e incluirá también materiales industriales y tecnológicos de desecho como cables, piezas eléctricas o de maquinaria para componer sus homínidos, para ella "angélicos" y encapsulados en cajas luminosas de metracrilato, unos seres híbridos, mutantes, que incluso podríamos denominar cyborgs.

En sus 'Torres-Participación', una de sus aportaciones creativas más desconocidas pero más originales e interesantes para la historia del arte, realiza una analogía de profundo significado al componer edificios de viviendas donde las personas no tienen relación con el resto, sino que cada cual gestiona en soledad su angustia vital.
1974, TORRE PARTICIPACIÓN (1_4, 2_4, 3_4, 4_4)
1974, Sin título, Torre Participación
Según sus propias palabras extraídas del catálogo de la XXXIII Bienal de Venecia de 1966, donde representó a España:
En estas obras, he pretendido simbolizar la realidad que rodea al hombre en la ciudad actual. Esta ciudad que él ha creado con orgullo, sí, pero también está siendo su desgracia. El hombre es arrollado por las mismas fuerzas que él ha creado. Se siente el dios de la ciudad, pero también es su víctima. Está envuelto en un mecanismo y vértigo febril. Estos personajes que aparecen en mis cuadros no luchan, no gritan, son implacables, inamovibles. No representan al hombre mismo, sino a las fuerzas y situaciones que pueden provocar su grito, su angustia. Son como una gran amenaza que nos rodea.
Por último, su cuarta y última etapa artística da comienzo a partir de principios de la década de los 80 hasta su muerte en 1990 y está marcada por su regreso a la abstracción que, a su vez, se puede subdividir en dos etapas, antes y después de 1985. La primera de estas dos subetapas es más lírica, colorista y vital que la anterior, con referencias a paisajes de fondos submarinos o cometas, que usaría para los títulos de las dos series que conforman esta década productiva final: 'Fondos submarinos' y 'Cometas'.

Debido a una fractura en un brazo en 1979 que le dificultaba la elaboración de obras de grandes dimensiones, se centra en el papel, según Molinos Navarro "con el objetivo de situar la obra realizada en este soporte en el mismo nivel de reconocimiento que la obra sobre tela". Para esta autora, su obra sobre papel necesitaría ser revisada críticamente, tanto por la búsqueda de Francés de "conseguir efectos ópticos en sus guaches -otorgando movimiento a la pintura" así como por su "visión anticipada al trabajo de muchos artistas actuales en el uso de soportes alternativos al lienzo o madera tradicionales" (Molinos Navarro, 21-22).

Tras casi 30 años de relación, en 1985 muere su pareja, Pablo Serrano, y Juana atraviesa una fase de dolor que exorcizaría a través de la pintura expresionista en la que los fondos submarinos y los cometas, antes coloristas y vitalistas se vuelven negros, oscuros, densos de materia y violentos en el gesto, reflejando el dolor de la artista por la pérdida de su compañero, con el que tuvo una equilibrada y complementaria relación de respeto personal y profesional, dando lugar a la segunda subetapa.
1986, Cometa (VI)
1986, La cometa (VII)
1989, Fondo submarino (VI)
1990, Fondo submarino (VII)
Si en el capítulo anterior de esta sección de 'Mujeres artistas del siglo XX que no aparecían en mi libro de arte de la carrera' analizábamos cómo la producción pictórica de Lee Krasner se vio fuertemente condicionada por su relación con el también pintor Jackson Pollock , el caso de la pareja artística y doméstica formada por Juana Francés y Pablo Serrano viene a demostrar que pueden darse relaciones efectivamente igualitarias. Como afirma Sancet Bueno:
El éxito del vínculo, su repercusión en la obra, viene marcada por el cúmulo de todo lo que comparten, atracción mutua, aficiones, gustos, amigos, ideas, opiniones, y la cercanía de una persona con la que poder comentar, dialogar, discutir sobre todo lo que interesa a ambos.
(2007)
Según palabras de la propia artista:
Mi encuentro con Pablo Serrano es fundamental. Fue hallar el amor a la vez que un camarada para recorrer juntos el camino del arte. Ahora cada uno tiene su estudio, necesitamos mucho espacio los dos. Somos feroces críticos el uno del otro y compartimos todo el tiempo posible. Nos gusta la soledad de dos.
(1980)
Aunque según la época disponían de estudios independientes, el hecho de que durante gran parte de su tiempo compartiesen un mismo estudio dio pie a que las influencias mutuas fuesen inevitables.

Si analizamos obras de una y de otro en las mismas etapas creativas podemos encontrar fuertes similitudes en sus producciones que, salvando las distancias de los lenguajes artísticos que cada cual utilizaba, reflejan una relación profesional igualitaria sin grandes desigualdades y con una potente complementariedad artística y personal madura.
Juana Francés, Cap de gos (1962). Pablo Serrano, Bóveda para el hombre nº 63 (1962)
Juana Francés, Sin título (1963). Pablo Serrano, Fajadito (1964)
Entre marzo y abril de 1979 la sala Gastón de Zaragoza realizó una exposición con su obra titulada Juana Francés - Pablo Serrano (Homenaje a la convivencia artística) que, precisamente ponía en relación sus respectivos trabajos y servía para "homenajear el arte, a los artistas plásticos en general y especialmente a su convivencia y unidad", ya que "es para nosotros precisamente el arte el mayor agente de unión social", tal y como aparece en el catálogo de dicha exposición.

En cuanto a la situación de las artistas en la España del tardofranquismo tuvieron lugar ciertas iniciativas que trataron de analizar cómo eran sus contextos de trabajo en relación a sus homólogos hombres. Francés decidió no participar en las actividades organizadas en 1975 por el Año Internacional de la Mujer, declinando por ejemplo, responder al cuestionario que Pilar Prats le envió con una serie de preguntas sobre la situación de las mujeres artistas en el terreno de las Artes Plásticas. En su carta fechada el 2 de marzo de 1975 explicaba que
No contesto al cuestionario porque siento la impresión de que al hablar tanto de mujer nosotras mismas nos discriminamos. Creo que si el ser humano quiere no sentirse discriminado debe hacerlo a través del trabajo, a través de su profesión" y también que "no hay que trabajar como mujer o como hombre, hay que trabajar como ser pensante, como persona.
Juana Francés es una de tantas artistas de la historia del arte que, por decisión propia, velaba conscientemente la autoría femenina de su producción artística firmando sus obras con la inicial de su nombre. Al inicio de su trayectoria utilizaba sus dos primeros nombres Juana Concepción: "J. C. Francés", después solo Juana: "J. Francés", siendo muy excepcional que aparezca su nombre completo. En la exposición Juana Francés del IVAM de València visitada en marzo de 2025 solo encontramos una sola obra, sin título y sin fecha, perteneciente a la Colección Juana Francés del Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, MACA, en la que escribió su nombre completo.
Firmas de J. Francés
Sin fecha, Sin título. Tinta, gouache y ceras sobre papel pegado a tabla y goma espuma pintada. MACA
Su muerte tuvo lugar en 1990 en su domicilio de Madrid, y en su testamento había decidido repartir su obra entre cuatro instituciones: el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA), el Institu Valencià d'Art Modern (IVAM), el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos Pablo Serrano de Zaragoza (IAACC), y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), además de las colecciones públicas y privadas que conservan el resto de su legado artístico. Pese a ello, el Museo Reina Sofía, por ejemplo, poseedor de 76 obras de Francés, actualmente no tiene ni una sola de sus piezas expuesta en sus salas, aunque son accesibles a través de su página web. El IVAM, por otro lado, tiene muy descuidada esa difusión online ya que no dispone de imágenes de las obras, aunque sí realiza exposiciones regularmente. Los últimos años se han celebrado diversas exposiciones con la obra de Juana Francés, como por ejemplo Juana Francés. Una voluntad investigadora en el IAACC (23 de enero al 5 de mayo de 2019) comisariada por María Pilar Sancet Bueno; Juana Francés. Antología íntima en el Museo Carmen Thyssen Málaga (15 de marzo al 19 de junio de 2022) comisariada por Rosa Maria Castells y Lourdes Moreno; y sobre todo con motivo de la celebración de su nacimiento en 1924, el año pasado tuvieron lugar las muestras Juana Francés en el Centro Niemeyer de Avilés (21 de marzo al 2 de junio de 2024) comisariada por María Jesús Folch; Juana Francés. Con voz propia en el IAACC (12 de marzo de 2024 al 30 de marzo de 2025) comisariada por el director del centro, Julio Ramón; o Juana Francés en el IVAM (6 de noviembre de 2024 al 9 de marzo de 2025) comisariada por María Jesús Folch y visitada por este redactor de Habla de Arte para elaborar el artículo que aquí termina.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y WEBGRAFÍA
Parte de la documentación reunida para la confección de este artículo proviene de mi visita a la exposición Juana Francés celebrada en el Institut Valencià d'Art Modern, IVAM, entre noviembre de 2024 y marzo de 2025. https://ivam.es/es/exposiciones/juana-frances-2/
Molinos Navarro, Natalia. "Juana Francés. Una vocación, una pasión". En Juana Francés. La Colección, 11-27. Zaragoza: Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos Pablo Serrano, 2012.
Sancet Bueno, María Pilar. "Juana Francés - Pablo Serrano. La relación de dos artistas de El Paso". AACA Digital: Revista de la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte, nº. 1, 2007. https://www.aacadigital.com/contenido.php?idarticulo=50
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