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La gramática visual de una fantasía con cimientos muy reales. Entrevista a Mirjana Milenkoska

Actualizado: 1 oct 2021

Mirjana, y los que son como Mirjana, han hecho de la reflexión, de la observación de la sociedad y de nuestro tránsito por ella, de la lectura de lo que somos, su punto de inicio hacia la pintura, que no es el inicio de ninguna interpretación, sino el final de un planteamiento.




Conocer la obra de la joven artista Mirjana Milenkoska (Prilep, Macedonia del Norte, 1990)

significa adentrarse por un profundo sendero bien trazado con ideas no sólo artísticas, también literarias, filosóficas, sociales... Algún crítico trasnochado diría que es un “laberinto”, no porque en realidad lo sea, sino porque sobre el papel queda bien usar esta palabra con connotaciones mitológicas, simbólicas o esotéricas para escribir reseñas o notas sobre arte, pero no es el caso. La obra de Milenkoska no es un laberinto. Uno lo sabe pronto, apenas se comienza a hablar con ella, serena, reflexiva, capaz de justificar hasta la última de sus pinceladas. Porque, Mirjana, antes de nada, es una pensadora -testigo atento de su tiempo y de su espacio- que ha decidido pintar. Quizás deberíamos comenzar a apreciar mucho más a este tipo de creadores que no dejan nada al azar, que no se esconden tras una falsa máscara de snobismo o de frialdad.


Mirjana, y los que son como Mirjana, han hecho de la reflexión, de la observación de la sociedad y de nuestro tránsito por ella, de la lectura de lo que somos, su punto de inicio hacia la pintura, que no es el inicio de ninguna interpretación, sino el final de un planteamiento. Nos deleitamos y nos reconfortamos con los artistas que quedan en nuestra memoria, por mucho que el tiempo se empeñe en pasar, y estoy seguro de que Mirjana quedará y no pasará.





[La presente entrevista se llevo a cabo en septiembre de 2021 en la recoleta cafetería-pastelería Mindol de Senigallia, con algunos de los cuadros de Milenkoska como escenario inmejorable].



Aunque típica, creo que debemos comenzar hablando de tus inicios ¿cuándo comenzaste a pintar y por qué?


"En realidad fue de manera casual. Yo había abierto este local junto a mi pareja, me había encargado de diseñarlo todo, desde la disposición arquitectónica hasta elegir el color de las paredes, etc. Más tarde, un amigo me propuso exponer algunas obras suyas aquí. Yo, naturalmente, dije que sí. Y luego, observando sus cuadros, me decidí a intentarlo yo misma. Llegué a casa y me puse a pintar, buscando hacer lo que mi amigo había hecho. (entre risas) Y lo primero que se me ocurrió pintar fue una copia de La Gioconda. Naturalmente, tras ese primer impulso irracional, busqué un maestro, y tuve la suerte de conocer a Timur Mambet, de la escuela rusa, con el que aprendí mucho y con el que comencé a comprender las reglas del color, la disposición espacial... Más tarde comencé a estudiar en la Academia de Bellas Artes en la Universidad de Macerata, aunque no he dejado de investigar y de leer siguiendo mis propios gustos, yendo más allá de los programas de la universidad".



¿Porqué elegiste la pintura y no otras artes?


"La pintura me parece la disciplina más difícil de todas. Ante todo me parece un duelo contra uno mismo, me parece que hay que hacer cosas nuevas con ella, hay que aportar un concepto, la pintura tiene que contar algo, no puede estar vacía o repetir, una y otra vez, lo que otros han hecho ya, creo que yo no sería honesta con la pintura si hiciese eso".



¿Qué nos enseña la pintura?


"La pintura me resulta muy pasional, para mí es un sentimiento más. A su vez, creo que la pintura es muy erótica también. El acto de pintar, de usar la pincelada, me resulta algo muy erótico; creo que hay algo de génesis (en el sentido orgánico) en ello. En cuanto a lo que decía de la pasión, me explico: el hecho de tener una idea en la cabeza y poderla materializar sobre el lienzo es algo casi mágico, lo veo como dar vida con el pincel. A veces la idea va cambiando en mi cabeza y esos cambios también se pueden realizar luego sobre la pintura. Para mí eso es algo muy interesante, y creo que sin pasión no podría conseguirse. Hay que implicarse, ser consciente de esta implicación entre el autor y la obra".




¿En pintura está ya todo hecho?


"Absolutamente no. Creo que la pintura de hoy nos ofrece grandes posibilidades, nuevas posibilidades. Evidentemente, el artista comprometido debe buscar, debe saber qué se ha hecho y que no. Yo puedo, por ejemplo, pintar a la perfección como Rembrandt, pero debo admitir y reconocer ante quien ve mis cuadros que lo que yo he hecho ya lo ha hecho antes que yo otro artista. Creo que para hacer cosas nuevas uno debe ser uno mismo y encontrar aquello que sólo él puede decir a los demás, pero es un trabajo lento, y que creo que se fundamenta primero en la búsqueda y luego en la libertad, en la libertad para expresar sin temor a nada, me refiero".



¿A quiénes sigues como referentes, ya sean pasados o presentes?


"En cuanto a contemporáneos, yo sigo con mucha atención al belga Luc Tuymans, me gustan mucho algunos de los trabajos que ha dedicado al Holocausto, por ejemplo, o el uso que hace de los grises; y también al japonés On Kawara, un autor que trabajó mucho empleando los números, las cifras dibujadas en sus cuadros; todas con un significado, como un código, sin dejar nada al azar y acompañadas de diferentes colores que también aportan mucho contenido a la composición. Aunque también tengo que confesarte que durante el tiempo en el que estuvimos encerrados durante la pandemia me obsesioné con Rembrandt, con el uso de los colores blanco y negro de este autor, y así lo plasmé en algunas de mis obras de ese periodo; pero soy consciente de eso, como te decía, puedo decirte de dónde salieron esas obras y cuál fue el peso de Rembrandt en ellas, no es que me presente como quien ha inventado esa forma de pintar."



¿Es la pintura un idioma universal?


"Es algo para todos, de eso no tengo dudas, pero pienso que es exigente. El espectador debe comprender, debe tener una cierta formación sobre lo que está viendo. No creo que cualquiera pueda ponerse delante de un cuadro de Kandinski, o de Picasso, por ejemplo, y sea capaz de absorber absolutamente todo lo que el artista ha querido decir".



¿Cuál es tu postura ante la relación entre arte y mundo digital?


"Yo estoy bastante de acuerdo con esa relación. Creo que es una forma inmediata para dar a conocer lo que se hace. Por ejemplo, Instagram es una buena herramienta para que el autor de a conocer, directamente, al público lo que está haciendo o lo que ha hecho. El espectador puede ver incluso el proceso de creación. Es la inmediatez lo que más me interesa de este mundo. Luego, lo que tiene que ver con el público, está claro que él es el que decide lo que le parece original y lo que no, lo que decide seguir y lo que no le interesa. En este sentido me parece un medio bastante democrático y muy crítico. Al final seguimos y conservamos aquello que de verdad nos interesa".



Ahora te pregunto por la mujer y la pintura, más allá, claro está, de ser musa o inspiración.


"Sí, algo ha cambiado en comparación con el pasado, pero muy lentamente. No cabe duda de que aún hoy las artistas que exponen son menos con respecto a los hombres. Y no hablemos de galeristas o curadoras, porque la gran mayoría son hombres. Luego está el trato que la mujer recibe por parte de algunas galerías (no todas), puesto que éstas deciden no trabajar con ellas por temor a que se queden embarazadas y no puedan cumplir con sus compromisos. Personalmente, yo no he tenido ningún problema ni con galeristas o curadores, ahora bien, cada vez que he tenido que solicitar algo o he tenido que decir algo he hablado siempre fuerte y claro".



¿Y sobre Senigallia y la pintura qué puedes decirme?¿Y sobre los jóvenes creadores de aquí?


Aquí casi todo es fotografía, aún pesa mucho la figura de Giacomelli . Ha dejado en la ciudad una huella tan profunda que incluso los más jóvenes se sienten muy atraídos hoy por la fotografía. Por otro lado, también las instituciones reman a favor de la fotografía y de los fotógrafos en la ciudad. Con respecto a la pintura, hay poco movimiento en Senigallia (al menos movimiento de pintura profesional y no de aquellos que hacen pintura como pasatiempo, que hay bastante y que me parece maravilloso). Pero se echa de menos alguna exposición anual de jóvenes creadores, que se fomente esta actividad, más apoyo, etc.


Mario Giacomelli (1925-2000) fue un fotógrafo, tipógrafo y pintor nacido en Senigallia, donde su presencia permanece indeleble aún. Miembro del conocido grupo “La Bussola”, de Venecia; sus compañeros de filas fueron, entre otros, Giuseppe Cavalli o Luigi Veronesi. Son famosas las fotografías en blanco y negro que realizó Giacomelli, dotadas de una gran personalidad. [Nota del entrevistador]




¿Funcionan las exposiciones? ¿Sirven para algo en esta época en la que todo se puede ver, anunciar o fisgonear gracias a Internet?


"Bien, debo decir que las exposiciones son útiles para socializar, o, al menos, eran útiles antes de que ocurriese la pandemia. Sobre todo eran un lugar de encuentro, en donde los galeristas, los artistas y el público podían hablar cara a cara, discutir, donde nacían ideas, otras exposiciones... Pero, me gustaría decir que una exposición no es sinónimo de ventas aseguradas; no siempre es así. Es más, ahora, con las redes sociales, es posible tener un mercado mucho más amplio, antes se dependía mucho de las exposiciones para las ventas, pero creo que esto ha cambiado con la difusión de las redes, ahora cada uno es su propio marchante y las exposiciones de nuestras obras en las redes sociales sirven también para poder vender más".




¿Te pongo en un aprieto si te pregunto qué cuenta tu obra?


"En absoluto. Sustancialmente mi obra cuenta, o es mejor decir que gira sobre tres ejes que para mí son fundamentales, por mi biografía y por lo que me interesa compartir. El primero de estos ejes sería el de la guerra de la antigua Yugoslavia, que yo y mi familia vivimos tan de cerca. El segundo tiene que ver con la denuncia de una catalogación brutal del mundo con la que no estoy conforme, la que tiene que ver con el bien público y con el bien privado, por lo de injusto que hay en ocasiones al hacer esta división; y el tercero, algo que me preocupa mucho últimamente, es el argumento de la migración, la identidad o las identidades del extranjero (puesto que no acepto que exista una identidad única. Yo, por ejemplo, como Mirjana, soy distinta aquí, en Italia, aunque mi educación, mi lengua sea el italiano, a la Mirjana de Macedonia del Norte, dónde yo nací, donde siento que pertenezco...). Por otro lado, el hecho de que Occidente finja aceptar otras culturas, sin que sea en realidad así, también me preocupa e intento que esta hipocresía tenga espacio en mi pintura".



¿Y en cuanto a la técnica que utilizas?


"El oleo, sobre todo uso el oleo. Me apasiona el uso de la pincelada que puedo conseguir con el oleo. Pintar con oleo me parece pintar piel de verdad, por ejemplo. A mí me resulta superior a cualquier otra técnica. La posibilidad de trazar la pintura como si fuese materia viva, poder dar relieve, graduar ese relieve... me parece algo mágico. Fuera de la pintura al óleo me gusta también otro tipo de expresión artística, próxima al objet trouvé, en donde los objetos, después de haber sido modificados, después de la reflexión del artista, adquieren otro significado. Por ejemplo, una pistola de juguete de un niño, en otro contexto que no sea el del juego, puede adquirir otro significado muy distinto. Es lo que he hecho en algunas obras recientes, utilizando mi propio pasaporte de Macedonia del Norte o sellos de este mismo país, etc".



¿Para contar, desde la pintura, me refiero, hay que sufrir?


"Para contar hay que vivir. Pero para contar y trasmitir -hablo desde el mundo del arte- creo que es necesario poseer una honda sensibilidad, puesto que es lo que te impulsa a contar, a comunicar. El ir acumulando vivencias se transforma luego en arte gracias a la sensibilidad. Contar el mensaje de las minorías, de los que sufren, de los oprimidos... sin sensibilidad, creo que el artista estaría mudo. Pienso, por ejemplo, que el artista con sensibilidad sería capaz de trasformar la imagen de una mujer delgada en un alegato contra la anorexia, o, en mi caso, la sensibilidad me sirve para contar el horror de la guerra en la antigua Yugoslavia, pero de una forma total, no desde la “pobre Mirjana” víctima de la guerra, porque yo quiero contar lo que todas las personas sufrieron en ella, sin distinción, sin personalismos; yo cuento la guerra como una condición y no como una vivencia biográfica".



¿Y en cuanto eso del “artista maldito”?


"No, no. Yo no creo en eso. Más allá de la pose de alguien que diga serlo creo que el “artista maldito” no existe, quizá algún artista quiera interpretar ese papel de pintor o de escritor maldito, incomprendido... pero no creo que exista. El artista, en mi opinión, ha de ser alguien reflexivo, capaz de explicar todo lo que hace, un intelectual, entonces no tendría mucho sentido ser ambas cosas".



¿Cómo será la pintura dentro de cien años?


"Estoy segura de que la pintura no morirá nunca, así que, puedo decirte que seguirá existiendo la pintura. Vivimos en la época de la “magia” virtual, eso es cierto, pero no creo que deba vivirse como algo negativo. Ahora tenemos al alcance de la mano imágenes, cuadros, información que nos es de gran ayuda a los artistas, nos permite estar conectados con la realidad las 24 horas, con el teléfono ofrecemos lo que hacemos y vemos lo que nos interesa. Quizás en un futuro nos volvamos más selectivos y tan sólo seguiremos aquello que estrictamente nos interese. Eso sí, sin caer en la esclavitud del teléfono, de las redes sociales, etc".



¿Y la crítica? ¿Ayuda o estorba?


"Primero de todo, creo que cada uno percibe una obra de un modo único, por instinto, diría. Lo ideal sería que una obra te llevase a percibir el trabajo intelectual y también el placer o el dolor que ha buscado trasmitir el artista. La crítica debería ayudar a encauzar este camino que va desde el autor y que llega hasta el espectador. El artista sabe siempre lo que hace y el crítico debe ayudar a comunicar o difundir este mensaje con sus artículos, reseñas, comentarios... Supongo que sin buscar la crítica buenista o el comentario negativo fácil, que, por desgracia, es algo bastante común hoy en día, sobre todo en redes sociales, donde ya va siendo algo muy común".






Mirjana Milenkoska

Artista plástica entrevistada

CV_Mirjana Milenkoska_2021_ITA
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Fernando Cid Lucas

Entrevistador


Miembro del GIR de la Universidad de Valladolid (España)

(última consulta: 23/09/2021).


Algunas de sus publicaciones pueden consultarse en el portal de producción científica Dialnet: https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=2265216

(última consulta: 23/09/20221).

ORCID: 0000-0002-0543-7119 .

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