La Danza Contact es una forma de expresión lúdica, espontánea y creativa que libera nuestro propio “yo” y deja que nos expresemos sin tabúes ni prejuicios.
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Podemos situar el origen del Contact-Improvisación en el s. XX, cuando distintas personalidades, denominadas de la “Tercera Generación” provocaron una revolución en el ámbito de la danza, el cual hasta el momento estaba muy influenciado por el ballet clásico.
En 1972, Steve Paxton y bailarines del Oberlin College (Ohio), realizaron una performance de diez días, conocida como Magnesium, con la que se puede decir que nació el Contact Improvisación. A principios de los 70, Paxton realizó un experimento, con la colaboración de Stark Smith, en el que participaron jóvenes de diferentes ámbitos (danza, artes marciales, deportistas…), con el objetivo de comenzar una búsqueda por encontrar distintas formas de relacionarse con el cuerpo humano mediante el tacto y el espacio. En esta práctica identificó distintas fuentes de movimiento que dieron lugar a la elaboración de su propio método, al que denominó Contact Improvisación.
Steve Paxton habla sobre su obra Magnesium, y su proceso creativo
Contact Improvisación, 1972
Este método se basa en la improvisación estructurada en el que el fundamento principal es el contacto, los puntos de gravedad y los pesos. Generalmente se suele trabajar por parejas, pero también se realiza con grupos de mayor número de personas. Steve Paxton lo describía de la siguiente forma:
“En Contact Improvisación uno se encuentra en circunstancias que demandan acceder a soporte con cualquier parte del cuerpo, en contacto físico con cualquier área del cuerpo de otra persona, mientras ambos están en movimiento. En esta situación no es posible encomendarse a los hábitos, sino que los reflejos se hacen cargo. […] La táctica de Steve era poner el cuerpo del bailarín en situaciones inusuales, desorientadoras e incluso de emergencia. […] Yo me propuse mantener un estado de cuestionamiento físico intenso […] sin lapsos de conciencia, [y] descubrí que mi atención debía estar en movimiento constantemente. Cuando mi atención deja de moverse, mi interpretación de lo que ocurre se vuelve fija, mi visión se convencionaliza, y la pregunta desaparece.”
El Contact rompe con los códigos del propio cuerpo: códigos socioculturales (tocar, mirar…) o tecnicistas (relevé, giros…), habiendo gran flexibilidad en cuanto a estos códigos y normas que lo caracterizan.
Es por esto que la coreografía o las formas predeterminadas no tienen cabida en esta danza. En consecuencia, el Contact es una danza que permite ingresar todo el mundo, de ahí que muchos teóricos digan que ya no se puede pensar en la danza contemporánea sin este método, por las modificaciones que se incluyeron.
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En conclusión, debemos considerar que la Danza Contact es una forma de expresión lúdica, espontánea y creativa que libera nuestro propio “yo” y deja que nos expresemos sin tabúes ni prejuicios. Es un estilo de danza que no entiende de barreras ni diferencias, una danza en la que todo el mundo es igual y que manteniendo su esencia basada en el contacto y la improvisación, toma formas y aplicaciones diversas: “como danza en sí misma, como lenguaje en la danza contemporánea, como recurso acrobático, como espacio lúdico y creativo y como herramienta comunicacional y terapéutica”. No requiere de una base técnica clásica para poder introducirte en ella, el único requisito es la espontaneidad, improvisación y escucha del cuerpo, porque como bien dijo Marta Graham:
“El movimiento no miente”.
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